Esta semana incluida, ya he tenido cuatro semanas de clase. El tiempo va muy rápido. Fueron cuatro semanas bastante agradables. En comparación con mis clases que he tenido en Bélgica, hay algunas diferencias. No tengo mucha clase aquí en Alicante. Solo tengo dieciocho horas de clase por semana. Pues, no es mucho. En Gante – la ciudad donde estudio ya casi tres años – tenía más o menos veintiséis horas de clase por semana.
No es la única diferencia. Aquí tengo que acostumbrarme a las horas tardes. En Bélgica las clases empiezan normalmente a las ocho y media de la mañana y terminan alrededor de las cinco y media de la tarde. En la universidad de Alicante es muy diferente. El lunes empiezo a las tres hasta las nueve de la tarde. El martes empiezo a las cinco de la tarde. El miércoles solo tengo clase desde las ocho de la mañana hasta las diez de la mañana (muy temprano). El jueves comienzo a las cinco y media de la tarde hasta las nueve de la tarde y el viernes empiezo a las diez de la mañana. A ver, qué diferencia. A veces es muy difícil para mí prestar atención en clase si tarde. No estoy acostumbrada a esto. No obstante, el horario me gusta mucho. Así puedo hacer muchas cosas durante el día.
Mi primera semana en la Universidad de Alicante fue un caos. El campus está demasiado grande de manera que he perdido el camino muchas veces. A veces hemos llegado tarde en clase por no haber encontrado la sala de clase correcta o el edificio correcto. Para mí, la universidad es un laberinto. Menos mal que cada semana tenemos clase en los mismos edificios.
Sin embargo, la universidad me encanta. Para los amantes de naturaleza, es un lugar ideal para descansar un poquito. Está rodeada de muchos árboles y arbustos. Además está bien cuidada. Al final, después de cuatro semanas, creo que estoy acostumbrándome a todo. Las clases me interesan y los profesores son muy amables. Qué me gusta Alicante…
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